Desde Macabi Noar queremos despedir a una persona que durante este año formó parte de nuestra comunidad y desempeñó su labor de manera muy profesional. Hace unas semanas despedimos oficialmente a nuestra Shlijá Wendy Szuchman, quien vuelve a Israel a continuar con sus proyectos. Tuvimos la oportunidad de hablar con ella y queremos compartirlo con ustedes.

PMN: Seguro llegaste a Córdoba con algunas metas por concretar. ¿Ahora que te vas, sentís que las llevaste a cabo?

WS: Gracias a Dios, puedo decir con una gran alegría que sí. La verdad es que salí a esta shlijut con un montón de objetivos y distintas metas por cumplir, y muchas más se fueron agregando a la lista, cómo también transformando durante el transcurso de la misma al conocer bien las a nefashot (almas) cordobesas y las necesidades de la comunidad en los distintos marcos. Mi idea más que nada, era llegar a la kehila con mi propio «tik» (mochila) de valores, objetivos, ideas, experiencia y conocimientos y aportar mi granito de arena en todo lo que pueda, con el objetivo principal de acercar un poco Israel a Córdoba y Córdoba a Israel. Las ganas, las ideas y los sueños nunca se acaban y claro que siento que hay mucho más que podría hacer, dejarles y llevarme, pero me vuelvo muy contenta porque sé que di todo lo que pude y lo mejor de mí en este tiempo y siento que logré concretar unas cuantas metas. Algunas otras, como todo trabajo con personas, son parte de procesos, en los cuales fui sembrando mis semillitas y confío en que en un futuro darán sus frutos.

PMN: ¿Qué es lo más lindo que te llevás de esta comunidad?

Lo más lindo que me llevo son las relaciones que logré construir, los fascinantes encuentros humanos que me regaló está shlijut en esta comunidad, un montón de momentos únicos y especiales, vivencias y experiencias extraordinarias, que lo que las hizo tan especiales e inolvidables para mí, fueron las personas hermosas con quién las compartí. La sensación tan linda de pertenencia, de querer pertenecer, de hermandad, de arvut adadit (responsabilidad mutua) y kehilatiut de cada jag, de cada shishi en el shil, de cada evento compartido… Para mi es emocionante y fue una experiencia que quedará registrada en mi corazón por siempre.

PMN: ¿De todas tus funciones como shlijá en la comunidad, cual disfrutabas más?

¡Que pregunta comprometedora! La verdad me cuesta decidir, porque sinceramente​ de cada “kova» (sombrero) que lleve puesto, disfrute muchísimo. Fueron varias las funciones y bastante diferentes en algunos aspectos, por lo que cada una respondió a distinto placer. Y lo que más me gusta de esto, aunque sea complejo a veces, es que todas las funciones se mezclan; como es la misma gente que circula por las distintas instituciones, entonces en muchas ocasiones llevás todos los sombreros juntos…

PMN: ¿Qué consejo le dejarías a la comunidad judía de Córdoba después de haber sido parte de ella todos estos meses?

Sigan invirtiendo todos los recursos y toda la neshama en los jóvenes. Cuídenlos. Esta es la clave para el crecimiento y la preservación de la kehila.

PMN: ¿Alguien a quien quieras agradecer?

Quiero agradecer a todos y cada uno de los javerim de la kehila que fui conociendo, porque de cada uno me llevo algo significativo: Una palabra que me emocionó, una conversación que me inspiró, un abrazo, un consejo, un debate interesante, una canción, un intercambio de ideas, una discusión importante, un cuento inolvidable, una invitación que me alegró el corazón, un encuentro divertido, una nueva palabra en castellano, Un chiste, un lindo momento compartido, una sonrisa…. ¡Toda Raba lekulam por todo esto y mucho más! Gracias por dejarme ser parte y hacerme sentir en casa. Los espero en nuestra otra casa.

 

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