Martes por la tarde, el club tiene otro color, uno de los días en el cual todos nuestros chicos disfrutan de sus actividades extra escolares y recorren el club de punta a punta, de rincón a rincón.  En la cancha de fútbol sintético me encuentro con Guillermo Monticelli, profesor y apasionado del fútbol. «Toda mi vida la desenvolví detrás de una pelota, desde chiquito.» Profesor, entrenador y preparador físico en escuelas de fútbol y equipos de alta competencia, cumple casi 18 años en nuestra institución, en Macabi Noar. «Llegué a Macabi en el año 2000; yo trabajaba en talleres, era un momento complicado a nivel económico para aquel club. Tengo un amigo que trabajaba acá, Nano Bertolina; como él se iba, me ofreció su lugar, me comentó un poco la dinámica y me animé».

Monticelli recuerda el primer día que día que vino a dar clases «tenia 3 chicos nomas, las categorías ’90 ’91. Creciendo junto con la actividad a lo largo de estos años, Monticelli expresa haber venido  de otra formación deportiva, teniendo que  adaptarse a la idiosincrasia del club en cuanto a la forma de expresar el deporte, en un modo más recreativo y no tan competitivo. «A titulo personal creo que lo importante es que el chico a través del deporte aprenda todos los valores que se deben tener para ser buena persona; tener humildad, un espíritu de superación, carácter, ser buen compañero, medir los actos en función de las consecuencias, ser solidarios y animarse al error. Son cosas que te da el deporte y te sirven para enfrentarte a la realidad de la vida».  Haciendo referencia al deporte, Guillermo opina que el mismo da herramientas de seguridad que ayudan a enfrentarse a las diferentes situaciones. «Estoy muy contento en el club, si bien me equivoco muchas veces, lo hago con mucha dedicación y amor».

Nacido en Monte Maíz y llegado a la ciudad en primer año, nos cuenta la importancia de imponerse ante la situación, ante lo desconocido, «cuando era más chico, apenas me había recibido de profesor de educación física; mi papá tenía una empresa, la cual andaba muy bien económicamente, lo cual siempre me daba a pensar que iba a vivir de eso. Pero un día mi papá se fundió y tuve que salir a trabajar. Ahí es cuando creo que dios me puso en este camino para encauzar mi vida.  Yo sabia que me gustaba el fútbol pero no para qué».

Apasionado por el deporte y los jugadores expresa que ayudarlos a superar esos miedos que él no pudo en su momento, es uno de sus objetivos más importantes. «Me enorgullece saber que hoy en día hay muchos jugadores a los cuales ayude con unas simples palabras y hoy están jugando en primera, chicos con los cuales me paré detrás de un alambrado para mirar sus entrenamientos y aconsejarlos. Lo que más quiero es transmitir este amor infinito por este deporte, el fútbol.  Disfrutarlo, entender el juego y encontrar un equilibrio.»

Afirmando haber pasado los mejores momentos de su vida como adulto en Macabi, Guillermo recuerda: «el club vio lo mejor de mi, ser papá. Me acuerdo el día que hicimos una ecografía con mi mujer; vine corriendo con la foto en la mano para mostrarles a todos mi hija. La 92 y 93 recibieron la noticia a la par mía«.

Sintiéndose muy a gusto por pertenecer y sentirse parte de la comunidad, recuerda momentos que lo han hecho sentir increíble «que me inviten a los Bar Mitzvá, que me elijan para encender una vela; son cosas que van más allá del deporte, son cosas que te hacen sentir importante, que hacen sentir que tu legado trasciende, que dejas una huella. En lo personal, con todos mis errores y defectos trato de ser lo mejor dentro de mis posibilidades como persona»

Agradecido por su familia, a quienes considera incondicionales, nuestro querido profe de fútbol busca en su cabeza a todos aquellos que quisiera nombrar y agradecer «hay tanta gente para nombrar, empezando por cada alumno, ellos me dan todo. Son cosas que no se pueden explicar, me equivoque demasiado como para recibir tanto cariño». Para cerrar tuve la gran duda y le pregunté si prefería trabajar con chiquitos o grandes, me respondió «Si hay una pelota de por medio, todo»

 

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