Tras dos períodos a cargo de la dirección de Macabi Noar, Andrés (más conocido como “Andy”) Arrosas, se trasladó a la Ciudad de Buenos Aires para seguir creciendo. Conversamos acerca de sus dos etapas de gestión, de cómo la pandemia atravesó al club, de los últimos eventos en Macabi Noar, entre muchos otros temas.
–¿Cómo caracterizarías a este último período en la dirección de Macabi Noar? ¿Qué diferencias encontraste con el primero?
La principal diferencia fue el momento en el que asumí como Director Ejecutivo, el día que yo asumo, se declara la pandemia, por lo cual rápidamente tuvimos que trabajar con todo el equipo directivo para pasar todo el club presencial a la virtualidad y la verdad que a eso lo hemos cumplido, fue un desafío muy lindo. Y por otro lado, en lo personal, la gran diferencia fue la forma en la cual vuelvo al club, eso tiene que ver con una cuestión de profesionalismo, de volver con mayor experiencia, con más edad, más herramientas, más recursos, y eso creo que fue una de las principales diferencias con el primer período, que fueron cuatro años. En el primer período de gestión yo era más pibe, entre a los 25 años, y me ganaba muchas veces la celeridad, el ir para adelante. En esta segunda etapa, a diferencia de esa creo que pude tener la capacidad de trabajar objetivos, de plantear objetivos con los directores, de potenciar a los directores y trabajar con una Comisión Directiva que estuvo constantemente al pie del cañón, complementando con un buen equipo para así poder crecer al club en un momento muy difícil.
–¿Cuáles crees que fueron los mayores desafíos de volver al club en un contexto tan particular como fue la pandemia?
El principal desafío fue sostener todo el club en la virtualidad, y generar nuevas acciones y nuevas actividades cuando progresivamente íbamos volviendo a la normalidad. Principalmente también, el primer año de vuelta a la presencialidad, un gran desafío fue llevar adelante un protocolo bien estricto, cuidándonos entre todos, trabajando en la comunicación para el cuidado de nuestros socios. Tanto en el cuidado de la salud de nuestros socios, como en el cuidado económico, donde se definió poder acompañar a todos los socios sin cobrar las actividades más allá de que se seguían dando en la virtualidad, y nosotros seguíamos pagando al 100% los sueldos de nuestra gente. Fue un desafío muy lindo que pudimos superar con éxito.
–¿Qué objetivos te propusiste para la dirección del club? ¿Crees que pudiste cumplirlos? ¿Qué cosas crees que fueron claves para lograrlos?
Recuerdo esa primera charla con Tito (Gustavo Serlin) y Puchi (Claudio Serlin) en la que definimos cerrar mi incorporación, me plantee objetivos de principalmente, buscar profesionalizar el rol, y a su vez, bajar esa profesionalización a todas las áreas, buscar capacitación, formación, que cada uno busque trabajar desde la parte individual, y en equipo, las herramientas, buscar brindar constantemente un “feedback”, estar al lado de los directores, contener. Ese fue creo el principal objetivo que me planteé, el de formar un equipo de trabajo, que fue muy importante, tuve al lado personas que fueron incondicionales en todo el laburo que hicimos. Por otro lado, otro objetivo que me propuse fue el de volver a posicionar a Macabi Noar en el plano nacional, y lo hemos podido cumplir, hemos tenido participación en distintas actividades, y en mayo, hicimos un gran evento en Córdoba, donde volvimos a estar presentes. En líneas generales creo que esos fueron los objetivos que me planteé, buscar ordenar procesos y procedimientos, a algunos los hemos ordenado, a otros no tanto. Vivimos contextos difíciles en cuanto a personal, se fue gente , incorporamos nueva. Creo que hemos logrado, porque no soy yo solamente, es todo un equipo de trabajo, sumado a la Comisión Directiva, que, entre todos, me han facilitado las cosas para cumplir los objetivos que me había propuesto. Logré cumplirlos principalmente por como soy yo, con mi empuje, mi convicción, mis ganas, mis locuras, mis ganas de seguir creciendo y de hacer crecer al club, de esa forma, aprendiendo de errores que cometí en la primera gestión, aprendiendo de situaciones que se iban dando en el día a día, aprendiendo a escuchar a mi gente, a mis directores, a la Comisión Directiva, para poder lograr el único fin que es que el club crezca, se sostenga, y sostener una vida judía activa, digna, en nuestra institución.
–¿Cómo viviste los últimos momentos en Macabi Noar? En especial el Encuentro Macabeo de Veteranos.
Esto merece un párrafo aparte. En este último período, en estos últimos dos años en el club, viví una etapa personal muy linda, una etapa personal en donde uno empieza a construir su familia, me casé, tuve una hija. Mi hija vivió sus primeros días en Macabi Noar, mi señora también, conociendo el club, la gente la trató siempre como una más de la casa. Fueron dos años muy lindos que en lo personal fue atravesado por cosas muy lindas también. Seguir compartiendo con amigos, poder jugar al Mifgash con ellos, tomar un mate, charlar con el socio. Pero sobre todo, las últimas dos semanas, que yo ya sabía que me iba, que ya se me acercaba el momento de venir a Buenos Aires, de cambiar de institución, realmente lo viví con mucha gratitud, mucho agradecimiento hacia todos, hacia la Comisión Directiva, hacia todo el personal de Macabi Noar, desde directores para abajo. La comisión directiva me ha hecho dos reconocimientos que la verdad es que no los esperaba. Uno en el cierre del evento, totalmente emocionante. A un mes de todo esto, todavía no caigo, tengo la plaqueta y las dos remeras colgadas en mi escritorio, más la tabla que me regalaron los profesionales. Y realmente se me cae una lágrima, porque fue algo tan emocionante que no puedo describir en palabras lo que yo viví, las sensaciones, las emociones que tuve este último tiempo en Macabi Noar. Y ni hablar que lo terminamos de una manera impresionante, con un evento que superó nuestras expectativas. Me fui feliz de Macabi Noar, a diferencia de otro momento, me fui contento, conmigo mismo, con el crecimiento y con todo lo que se hizo, pero principalmente por lo que me dieron en esos últimos momentos en el club.
–Para ir cerrando, ¿Qué enseñanzas te llevas de este último período de gestión?
Las enseñanzas son muchas. La principal enseñanza fue el crecimiento que me dio la institución en esta segunda etapa. Me enseñó a crecer personal y profesionalmente, a desarrollar la paciencia y saber cuando es el momento de hablar las cosas, de conocer los momentos justos. Macabi Noar me enseñó toda mi vida, es una realidad. Desde que era chico me enseñó valores, me enseñó la vida en comunidad, a defender los colores, lo que es realmente ser una familia cuando uno atraviesa momentos difíciles y no tan difíciles también, momentos lindos que son celebrados por la misma gente. Macabi Noar me enseñó mucho en mi vida y hace que hoy sea lo que soy en Mi Refugio, un crecimiento muy grande, en Buenos Aires, y hace que, obviamente, el día de mañana, pueda transmitirle un poco de todo lo que aprendí, no solamente a la gente que me rodea, sino, principalmente, a mi hija.
-Por último, ¿Qué expectativas tenes para este nuevo desafío?
Las expectativas son muy grandes. La idea es poder trasladar toda la experiencia que obtuve a lo largo del tiempo en el club, poder plasmarla en una nueva institución, que es un country club, con distinta concepción que Macabi Noar, justamente porque hay un country, pero buscando seguir siendo lo que fui en Macabi Noar, seguir creciendo personal y profesionalmente. Es un desafío muy grande, y uno cuando sale de su zona de confort, busca que pasen estas cosas. Dar un salto lleno de incertidumbre para terminar creciendo. Seguramente va a costar, pero estoy convencido y con la confianza de que me va a ir bien y voy a cumplir mis objetivos.
Por último, me gustaría despedirme con un enorme agradecimiento. Primero a Tito y a Puchi por la confianza en mí para volver a ser Director Ejecutivo en un momento difícil del club, estoy muy agradecido, con ellos y con todo el Ejecutivo y la Comisión Directiva, con los que participé en el corto, mediano y largo plazo. Agradecimiento a todos los profesionales del club, ya sea directores y personal del club que fueron incondicionales en todas las locuras que fuimos planteando. A mi familia, que me apoyó en todo, a mi señora y a mi hija, y a toda la familia Arrosas. A mis amigos. A todos los socios que efectivamente en un momento o en otro cuando se enteraron de que yo dejaba el club se acercaron para desearme lo mejor, la verdad es que todo eso te da una fuerza bárbara para encarar este nuevo proyecto. Estoy completamente agradecido, los voy a extrañar y saben que Macabi Noar siempre va a ser mi casa y para lo que haga falta ahí voy a estar.