Esta vez fuimos pocos, y quizás por eso más nos apropiamos del mensaje. Como en un concierto íntimo, parecía que se nos estaba cantando a cada uno; fue una función privada de la que fuimos participantes activos en diálogo abierto, ameno y argumentado.
El pasado jueves en Macabi Noar, nuestro rabino Gabi Pristzker nos explicó el valor de la Tzedaká. Comenzó con un enfoque práctico y directo: habló del concepto de necesidad, de los carecientes, de la responsabilidad del judío para atender y satisfacer las demandas de su prójimo, de los diferentes modos de dar. Mencionó la secuencia de ayuda según las fuentes talmúdicas: primero a la familia (padres-hijos-demás parientes; en ese orden), luego a la comunidad, a Israel y finalmente al resto de los pueblos. Planteó cuánto donar y en qué momento, así como los niveles de Tzedaká, cuyo máximo grado es permitir la autosuficiencia del destinatario (enseñando un oficio u ofreciendo un trabajo).
En la segunda parte de la exposición, abordó el aspecto filosófico del acto de dar: cualidades como la empatía, la generosidad, la bondad, el amor, la sensibilidad social, generan la conciencia y el compromiso de acción dejando de lado la indiferencia y el evadir hacerse cargo. Y también expuso el concepto de justicia (uno de los valores que sostienen al mundo junto con la verdad y la paz) para resguardar la dignidad de las personas, y con un juego semántico concluyó en que la tzedaká es un testimonio de vida que nos trasciende.
Así pasó un nuevo episodio del ciclo “El judaísmo en ocho frases”, esta interesante propuesta del Centro Unión Israelita y Macabi Noar. Volveremos con una nueva frase, para aprender y comprender las bases de nuestra identidad. Te esperamos.