Tras muchos años de participar activamente en el departamento de Juventud de nuestra institución, hoy nos toca despedir formalmente a nuestro querido Fabián Wolfmann.
Durante 7 años, Fabián transitó por todos los tafkidim. Fue janij, madrij, rosh, guizbar y Director. Siete años repletos de anécdotas, de trabajar con distintos grupos, con diferentes proyectos, en la organización de encuentros y majanot. 7 años sumamente importantes para él y para toda el área de juventud.
Considerándose a sí mismo como amante de la actividad comunitaria, Fabián disfruta de ver el club repleto de gente “Me gusta que esté lleno, ver ese activismo por la comunidad judía. Me encanta la parte social que te da el club, donde todos nos conocemos con todos y sin importar las edades podemos trabajar en equipo y ser amigos.”
Destacando la importancia de trabajar por y para la comunidad, nuestro flamante ex director quiere decir a las futuras generaciones que hagan Escuela de Madrijim “les recomiendo que hagan escuela. En lo personal me dio muchas experiencias y herramientas para la vida en general. Somos la continuidad judía, somos líderes para la vida y hoy en día eso es muy importante para llevar a cabo proyectos y todo lo que nos propongamos”. Viendo el crecimiento en la cantidad de chicos que asisten a los encuentros como Majanot Kaitz y demás, Fabián afirma convencido que: “tenemos mucho potencial para seguir creciendo aún más”.
Sin pasarlo por alto ni un segundo, toma el mando de la conversación y dice: “Quiero agradecerle a muchas personas, a la Subco, al Andy, Mono y Tito. A mis Roshim, Janijim y a todos los que me guiaron y acompañaron. A los que me dieron ese empujoncito y me ayudaron a ser quien soy. A mis Co Roshim, a todas las hanagot que fueron pasando, ya que ahí hice muchos amigos.”
Para no perder la costumbre, le pregunté si tenía alguna anécdota para compartir. Convencida de que iba a hacerme reír, lo escuche: “anécdotas tengo muchas, de muchos majanot, encuentros, de peulot y hasta como janij. Tengo tantas que tengo para hacer un libro. Me acuerdo particularmente de la Veida del 2016. Me trepe a un árbol creyendo ser Tarzán. La rama se rompió y claramente me caí al piso. Creo que fue lo más divertido de ese fin de semana”
Sin duda alguna, un personaje que muchos vamos a extrañar. Aquellos que trabajamos con el sabemos que se trata de una persona apasionada, carismática y con un corazón gigante, que transmite alegría y disfruta a más no poder de todo lo que hace. Gracias por todo el esfuerzo y dedicación en estos siete años.