Quién es Lucas Coronel pregunté. La respuesta tan inmediata y detallada me dejó boquiabierta. “Creo que podría parafrasear a nuestro gran ídolo cordobés y responderte “soy usted, ese que un día salió desde abajo y comprendió que la mano tendida es pan que en la vida hay que dar” Sigo siendo aquel que se pasó toda su infancia jugando a la pelota en la calle y andando en bicicleta en el campito; aquél que aprendió en su adolescencia a compartir lo poco que uno tenía entre hermanos, amigos y seres queridos; aquel que se seguirá ilusionando, año tras año por su Instituto querido. El mismo que hoy con 32 años vive feliz junto a su compañera de vida y sus dos hijos Ale (9) y Pechito (5)”

Fue entre 2007 y 2008 cuando Lucas conoció Macabi de la mano de Marcelo y David Sepiurka. Lo trajeron al club para que planillara el torneo de fútbol Mifgash. Allí comenzó a tener contacto con algunos personajes emblemáticos según Lucas, “como el Negro Cristian, Martín Baulies, Rivero, entre otros.” Años después, por febrero del 2012 mediante un aviso en los clasificados del diario La Voz, Lucas se enteró que Macabi se encontraba en la búsqueda de personal administrativo para mesa de entrada. “La vida me volvió a presentar la institución, esta vez desde otra área, con otras responsabilidades pero con la misma alegría de aquellos días”.

Actualmente nuestro querido Lucas, desempeña tareas de cobranza, gestión de morosidad y control de socios. “Pero lo más importante, hago de auxiliar terapéutico para muchos socios, quienes han confiado en mí muchas situaciones personales, desde sus alegrías a sus pesares;  muchos se toman dos minutos para frenar la pelota, charlar. Ven en uno mucho más que un simple personal administrativo. Eso me hace sentir que la masa societaria ya sabe quién es Lucas Coronel y que intento hacer mi trabajo bajo el lema del respeto y la buena predisposición.”

Observar el club con tantos niños y adolescentes, a Lucas le genera una sensación de confianza y de compromiso. “pequeñines de 4 o 5 años hasta adolescentes, que toman el club como el patio de su casa, me hace sentir que los padres nos confían sus hijos, son lo más preciado que tiene uno en la vida. Saben que acá todos estamos comprometidos a que ellos se desarrollen en un ambiente sano, natural y con el deporte. Cada uno en el área que le corresponde pero bajo la mayor atención.”

Terminó la oración anterior con una gran sonrisa. Se la devolví a modo de cómplice, sabía de qué se trataba. No alcancé a hacer mi próxima pregunta cuando él añadió “Quiero aprovechar para agradecer en primer lugar a quienes me dieron la posibilidad de comenzar a formar parte de esta gran familia macabea, la familia Sepiurka (David, Paulina y Marcelo), a Mario Zeitune y Graciela Teicher, ellos son como mis padrinos laborales, han hecho mucho antes y luego de que ingresara a Macabi”. Hizo una pausa, se veía que en su cabeza había muchos recuerdos que trataba de ordenar mientras hablaba. ”Luego agradecer a Damián Kohan por confiar y darme la oportunidad; a Andrés Arrosas, Edy Horovitz y Damián Strusberg por apostar en mi crecimiento y a Kevin Feldman por dar su gran compañerismo día a día.”

Lucas es de aquellas personas que están en el día a día de nuestro club, ven cada uno de sus movimientos, de sus caídas y de sus victorias. Lucas está ahí, para ayudar en lo que haga falta, para cobrar el ticket de fútbol, para consultar los saldos de cada uno y hasta para responder a la madre que pregunta por la campera perdida de su hijo. Macabi Noar se convierte en ESE lugar especial, porque más allá de lo laboral, se trata de una cuestión social. “Macabi me ha dado mucho pero poco en comparación con lo que he recibido de él y de la comunidad en general, ha sido muy lindo compartir estos años y ver cómo ha ido creciendo, me ha dado diversas sensaciones, muchas experiencias y ciertos valores que llevaré conmigo para toda la vida.”

Para finalizar, Lucas quiere agrega: «Mi más sentido pésame a la familiar de David Sepiurka (Z’L)».

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